lunes, 11 de abril de 2016

FLORA V: encontramos el cofre

Las 8 familias salieron en busca de alguna pista que les llevara hasta la llave del tiempo.

El paisaje era espléndido, un antiguo sendero que discurría junto a los molinos alimentados por el río Rocinejo.

Ese antiguo camino, también llamado de "los quintos" es el que utilizaban todos los mozos de la zona cuando, por edad, les tocaba ir a inscribirse a filas a la capital gaditana. Dos días andando empleaban.

Lo que no se esperaban nuestras familias es que unos singulares bandoleros y personajes mágicos también andaban por aquellos lares.









Tuvieron que atravesar riachuelos, superar pruebas de los bandoleros para que le perdonaran la vida y la bolsa del dinero y acertar extrañas adivinanzas que el druida Gaspatín, el mago Pablín y la bruja Celiana le iban planteando a lo largo del recorrido.









Poco a poco las distintas familias fueron obteniendo pistas de nuestros singulares personaje mágicos y pudieron deducir donde podría estar la llave escondida.

Unas familias antes que otras, pero todas llegaron al lugar donde se suponía estaría el objeto, el único pino de todo el valle.

Después de varios minutos, quitar ramas, levantar piedras y excavar aquí y allí, por fin encontraron una curiosa caja...



Para decepción de todos, la caja no contenía ninguna llave mágica. Sólo monedas y una carta.... una extensa carta.

Volvimos al campamento sin leerla, esa noche ya buscaríamos el momento apropiado para su lectura.



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